Tangorama, una antología del tango del siglo XX

Tangorama. An anthology of 20th Century Tango · 1. Mirian Conti, piano.

Álbum: Tangorama. An anthology of 20th Century Tango · 1. Mirian Conti, piano. Sello: Grand Piano, distribuido por Naxos. Número de catálogo: GP856. Lanzamiento: 15 de enero de 2021.


Por Ariel Campero, desde Buenos Aires (Argentina)

A estas alturas del siglo XXI el tango ha alcanzado el grado canónico de un género musical respetado por su sofisticación y su complejidad sonora como marca registrada. Sin embargo, este carácter convierte al tango, peligrosamente, en casi una pieza de museo, reducida a la expresión de un momento socio-político particular en la historia de los países rioplatenses. Y ese “peligro” está representado para el tango como género vivo, cuando se difunde a un público más reducido, alentando la conformación de un “público de culto”, a la par que se estiliza en grandes espectáculos coreográficos “de exportación”, en donde las piruetas de los bailarines despojan del alma sensual y existencialista de este género propio de Buenos Aires. 

En este 2021 quedan vivas muy pocas estrellas del tango canción, como lo son, Raúl Lavié o Adriana Varela. La innovación musical a través de la fusión del tango con la música electrónica, con grupos como Bajofondo, Narcotango u Otros Aires constituyeron un intento de renovación del género en la década 2000-2010; sin embargo, el movimiento parece haberse detenido. 

El tango, cada vez, se remite a sí mismo, a su etapa dorada del pasado siglo. Tomemos como ejemplo a la nueva camada de cantantes de tango entre los cuales sobresalen Ariel Ardit o Julieta Laso. Ardit alcanzó notoriedad gracias a las redes sociales y, más allá de su talento musical, su estilo restaura el del tango canción “clásico”, en boga en los años 1940 y 1950. Con Ardit, el culto a la figura de Carlos Gardel toma forma visual con un estilo de canto y una estética elaborada que harían las delicias de la “vieja guardia” tanguera, en su momento, furiosos detractores de Astor Piazzolla. No están lejos de este estilo las composiciones de Julieta Laso, quien reivindica el tango arrabalero, más cercano al tango orillero —de los barrios populares o “non sanctos”— de principios del siglo XX, pero con una perspectiva feminista. 

Dentro de este panorama de la música de Buenos Aires también tenemos un capítulo sobre la estilización del tango trabajado desde la música clásica. Con la incursión en el tango canción de divos de la lírica como Plácido Domingo, José Carreras o, más específicamente, Marcelo Álvarez con su orquesta típica, el tango es un repertorio recurrente en discos y conciertos de estrellas de la ópera. De igual manera, como género instrumental ha deslumbrado a intérpretes desde Arthur Rubinstein hasta Daniel Barenboim. Este último grabó un disco de antología titulado Mi Buenos Aires querido, en 2001 junto al bandoneonista Rodolfo Mederos y el bajista Héctor Cónsole. En ese caso, el soporte pianístico de Barenboim no desentona con los arreglos musicales y el estilo netamente porteño de Mederos. 


Dentro de esta corriente de estilización del tango en clave clásica podemos inscribir Tangorama. An anthology of 20th Century Tango · 1, de la pianista bonaerense Mirian Conti. En este disco nos ofrece un panorama de composiciones tangueras de las décadas ubicadas entre 1900 y 1960. 

Por la particularidad del estilo de los tangos aquí registrados es posible trazar la evolución del género desde su estilo netamente campero o pampeano, como el tango Armenonville de Juan Maglio de 1908, hasta las disonancias y la incorporación del ritmo del jazz del tango Nostálgico de Julián Plaza del año 1962. Para un oyente tanguero entrenado, la interpretación de Conti sonará límpida, aplicada, pero algo evanescente del alma canyengue1, arrabalera, que está ausente. La interpretación de Conti nos confirma, una vez más, la complejidad armónica y composicional del tango, con sus giros, sus ritmos y sus armonías únicas, que lo emparentan con la música clásica. Es decir, es un paso más para santificar al tango como género académico y puede reforzar su estereotipo de música del pasado. 

No obstante, como ejercicio de investigación musical podemos tomar a este disco, también, como la restauración de la sonoridad del tango primigenio en los pianos de pared de los burdeles y zaguanes de los barrios porteños. En ciertas piezas, como La Cumparsita de Matos Rodríguez o El Torito de Ángel Villoldo es posible, al escucharlas, imaginarnos cómo sonaba el tango en los ambientes populares, lejos del lujo y del esnobismo de los salones aristocráticos parisinos y porteños. Abstrayéndonos de la sonoridad de las salas de concierto, Mirian Conti nos traslada a las raíces sonoras auténticas de esta música rioplatense. 

La interpretación técnica de Conti en Tangorama es de excelencia, aportando con este disco otro registro de música instrumental que coloca al tango dentro del canon de los géneros musicales llamados «serios». Adoptando otra perspectiva, este disco nos restaura, en ciertos pasajes, el estilo y los sonidos del tango popular auténtico de los primeros años del siglo XX, como una reconstrucción historicista. Al margen de ello, el tango sufre, a nivel general, el dilema que rodea a todo género musical: que una vez consagrado, se agota lentamente para convertirse en una evocación nostálgica de un pasado brillante.

1 Canyengue: término del lunfardo, dialecto hablado a principios del siglo XX en los barrios obreros de Buenos Aires, compuesto por la lengua italiana y el español. El lunfardo se convirtió en el elemento principal para los letristas del tango. El canyengue describía el modo de caminar cadencioso, sincopado y provocador de los compadritos o de los “guapos” de la esquinas de los barrios porteños.  

Tangorama en Spotify y Apple Music

Clic aquí para otras plataformas en las que puedes conseguir Tangorama.

Compartimos una entrevista de Naxos con Mirian Conti en el podcast Esto es Música Clásica, de Naxos en Español.

Tangorama. An anthology of 20th Century Tango · 1. Mirian Conti, piano.

Deja un comentario